miércoles, 8 de agosto de 2007

P. Jacinto Alegre Pujals S.J.

Para mí todo el mundo se reduce a amar a Dios y a los pobrecitos por amor de Dios; pero con amor de obras, no de palabras.


JACINTO ALEGRE PUJALS S.I. (Tarrasa 24-XII-1874 V10-XII-1930). Apóstol de la caridad. Entro en la Compañía de Jesús en 1892. Frecuentaba los hospitales de Barcelona y sentía preferencia por los más pobres que no tenían a nadie. Conoció la obra de San José Benito Cottolengo en Turín, le impresionó la confianza en Dios como único apoyo de aquella Institución y pensó que era lo que él buscaba para los enfermos pobres que visitaba. Sembró la semilla pero no vio fundado el Cottolengo. En los últimos momentos de su vida tenía cerca a su superior el P. Guim y al Sr. Rómulo Zaragoza, un laico dirigido espiritual suyo, ambos se comprometieron a llevar adelante sus deseos de fundar un Cottolengo.
El P. Alegre moría en 1930 y dos años después de su muerte, D. Rómulo Zaragoza comenzó la obra del Cottolengo del P. Alegre que él, desde el cielo, alentaba.

¿QUÉ?
El 23 de octubre de 1939, festividad de Cristo Rey, nace, en Barcelona, la Congregación religiosa de Hermanas Servidoras de Jesús. Dolores Permanyer i Volart, su fundadora, secundando la acción divina, hizo germinar la semilla del carisma fundacional legada por el Padre Jacinto Alegre, bajo la dirección espiritual del P. Juan Guim, cofundador.
El fin específico es entregar la vida al servicio de Jesucristo en el hermano pobre y enfermo más necesitado, formando con él una familia que quiere vivir total y filialmente confiada en el amor de Dios, Padre Providente, y en adoración constante a Cristo, el Señor, en el Misterio de la Eucaristía.
Las Servidoras de Jesús del Cottolengo del Padre Alegre y sus acogidos forman una sola familia:
el Cottolengo del Padre Alegre.

La clase de enfermos pobres que se acogen es la de los que no pueden ser atendidos en otras Instituciones, preferentemente aquellos por los que no vela ninguna providencia humana, es decir, los más pobres, los más enfermos, los más necesitados.
No se pueden hacer peticiones directas o indirectas para ayuda material del Cottolengo, que debe sostenerse únicamente con las limosnas y donativos eventuales que proporcione la Divina Providencia, por medio de sus instrumentos.

¿QUIÉNES SON?
Otros miembros que integran la familia del Cottolengo son:
Los laicos colaboradores, que, viviendo internos en la misma Casa, consagran su vida, o parte de ella, al servicio desinteresado de los acogidos; los voluntarios que acuden a cooperar en las actividades y fines del Cottolengo; y todos aquellos que sintonizando con el espíritu y vida de esta Institución, ayudan con sus aportaciones espirituales o materiales a la realización de la misma.

¿DÓNDE?
Actualmente, la Congregación, tiene 6 casas abiertas en España, situadas en: Barcelona, Valencia, Madrid, Santiago de Compostela, Fragosa (Cáceres) y Alicante. Y tres fuera de España, una en Lisboa (Portugal); y dos en Colombia, en Buenaventura (Valle) y en Popayán (Cauca). En estas dos casas, además de la atención a los enfermos se tiene un comedor para niños pobres en Buenaventura y para personas mayores en Popayán.

miércoles, 1 de agosto de 2007

P. Pedro Guerrero González S.J.

PEDRO GUERRERO GONZÁLEZ, S. J.
Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 22 de marzo de 1918. Después de cursar los primeros estudios de bachillerato en Suiza y Madrid, tomó cursos de economía en Suiza y Milán. De 1936 a 1939 se enroló en el Tercio de requetés de la Virgen de la Merced, de Jerez, y fue a la guerra civil española, en la que dio un ejemplo heroico de caridad con los dos bandos enfrentados. Después de ampliar estudios de comercio en Jerez, ingresó en el noviciado de la Compañía de Jesús en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 6 de octubre de 1941.
Su vida en la Compañía fue la de todos los jesuitas, sin distinguirse más que por su entrega a Dios y a los demás de un modo extraordinario: hay testimonios de sus compañeros jesuitas que así lo aseguran. Sus virtudes características fueron la caridad y la humildad. Se ordenó sacerdote el 15 de julio de 1953, en la Facultad de Teología de Granada.De los años en que ejerció el ministerio sacerdotal, la mayor parte de ellos los pasó en El Puerto de Santa María. Incluso cuando estuvo destinado como ayudante del administrador provincial en Sevilla, siempre siguió acudiendo al Puerto, en donde ejercitaba la caridad apostólica con toda clase de personas, especialmente con los más pobres, que todavía lo recuerdan. Fue en todo momento un verdadero Hombre de Dios para todos. Pasaba muchas horas en el confesonario; asistía a los enfermos, hasta ayudar a los familiares a asearlos y darles la comida; llevaba la comunión a infinidad de impedidos; fomentaba la Adoración Nocturna, etc. A su muerte se supo que tenía dado el teléfono de su habitación a varios párrocos, para que lo diesen a las familias de enfermos que pedían auxilios espirituales durante la noche: de este modo, eran pocas las noches en que podía dormir durante algunas horas seguidas. Apenas tenía un rato libre de su trabajo en la oficina de la administración, acudía en una pequeña moto a asistir a enfermos o a llevarles la comunión.El 3 de septiembre de 1973 murió en Sevilla, cuando iba a asistir espiritualmente a algunos que lo necesitaban, en un accidente de moto. Sevilla fue un clamor en aquella calurosa tarde de verano: "¡El P. Guerrero ha muerto!", decía todo el mundo con mezcla de dolor y de asombro. Había muerto un hombre sencillo y cercano a todos los que le habían buscado para alcanzar misericordia. Desde Jerez y El Puerto de Santa María se trasladaron inmediatamente infinidad de personas (entre ellas, su madre), que lo velaron aquella noche y no querían separarse de él hasta la hora del entierro.
A los 25 años de su muerte se tuvo una Eucaristía en su recuerdo en la Iglesia de la Compañía de Jesús de Sevilla. Vinieron desde El Puerto dos autobuses llenos de gente para tomar parte en ella: allí estaban todos los que lo habían conocido y habían sido objeto de su inmensa misericordia, y los hijos de los amigos que lo habían visto de pequeños en sus casas. Desde su muerte son innumerables los que se encomiendan a su intercesión y alcanzan de Dios favores.Viendo esto, se pidió permiso al Obispo de Jerez para trasladar sus restos a la Iglesia de la Compañía de El Puerto de Santa María, en donde había ejercido más su ministerio apostólico lleno de caridad con todos. Esto se realizó el 2 de octubre de 1999: la Iglesia de la Compañía, de grandes dimensiones, estaba a rebosar de toda clase de personas de El Puerto, Jerez y Sevilla. Sin duda allí se unieron en oración todos los que querían agradecer a Dios el haber conocido al P. Guerrero durante su vida.
Ante la insistencia de tanta gente, se pidió a Roma el permiso para introducir su Causa de Beatificación. Llegó el decreto "Nihil obstat" de Roma en mayo de 2001, y el 3 de septiembre del mismo año, coincidiendo con el 28º aniversario de su muerte, se tuvo la ceremonia de la Apertura Oficial de la Causa. La ceremonia tuvo lugar en la misma Iglesia de la Compañía de El Puerto, en donde descansan sus restos. Volvió a llenarse hasta rebosar aquella gran iglesia, y esto después de 28 años de su muerte. Desde ese momento de la apertura de la Causa de Beatificación, se le denomina Siervo de Dios P. Pedro Guerrero González, S. J.El 7 de septiembre de 2003, en la misma Iglesia de la Compañía de El Puerto de Santa María, se tuvo la solemne ceremonia de clausura del Proceso Diocesano de la Causa de Beatificación del Siervo de Dios P. Pedro Guerrero González, S.J. Con la iglesia abarrotada de nuevo por toda clase de gente, se tuvo la solemne ceremonia, presidida por el Sr. Obispo de Jerez, D. Juan del Río Martín. Después de esto, se trasladó el proceso de la Causa a Roma, donde se seguirá estudiando todo lo enviado allí desde la Diócesis de Jerez. La voz unánime de todos los asistentes a aquella ceremonia, como a todas la anteriores, era la misma: El P. Guerrero era un hombre de Dios para todos.
Fernando G.ª Gutiérrez, S. J.